Un mundo para adaptarse

Volvieron las lluvias y con ellas el panorama Gris. Si, ese color gris que tanto me gusta, ese color gris sobre el cual recae lo malo, lo negativo, lo triste, pero al cual yo sólo le veo alegría, esperanza, tranquilidad. Ese color gris que le da unos matices  especiales al paisaje, los cuales no son fáciles de descifrar sino se es amante del gris. Ese color gris que me pone a reflexionar sobre todos los detalles de mi vida, sobre mi presente, mi pasado y mi futuro. Ese color gris que me da cierta energía especial pero que para muchos es como una especie de kriptonita.

Desde que era Niño e iba al jardín, siempre me metieron en la cabeza que los colores vivos son los que denotan felicidad que el gris es un color muy frío y triste. Puede que sea algo frío, pero triste no. He aprendido durante mi corta vida que lo gris no es triste. Que lo gris es más bien un complemento para la alegría de muchos. De una inmensa minoría que lo comprende, de una inmensa minoría que no se deja llevar por lo conservador y tradicional, de una inmensa minoría que es vista como bichos raros, como seres especiales y en vía de extinción dependiendo de cuan especiales sean. Creo pertenecer a esa inmensa minoría, a ese paquete de bichos raros para la gente. A esa logia que ve las cosas no de una manera diferente pero si de una manera personal. Es complicado pertenecer a un  grupo de personas así. A un grupo de personas sin estigmas para nada ni para nadie, a un grupo de personas que antes de ver lo negativo de algo o alguien, primero lo analiza y determina que tan lógico puede ser  y con base a eso saca sus propias conclusiones tratando en lo posible de respetar y compartir o no las de los demás.

Y porqué todo este pequeño discurso? , volviendo a los de los días grises y a lo que provocan estos en cuanto a la reflexión, me ubique dentro de un espacio puntual en el mundo. El de la aceptación por parte de los demás. El resultado fue muy bajo. Como conclusión saque que soy poco aceptado. Poco aceptado por ser alguien que gusta de leer en un mundo en dónde la gente ya poco lo hace. Poco aceptado por ser un Rockero a ultranza pero no tener el pelo largo, las uñas negras y afiches de un tal Satanás en mi cuarto. Poco aceptado porque a pesar de aún ser joven, no me gusta actuar de manera irresponsable frente a la vida y las cosas en las que me involucro. Poco aceptado por negarme a salir a beberme la plata un Sábado hablando estupideces y queriendo aparentar ser lo que no soy ante un grupo de gente que ni siquiera conozco y de las cuales aprendo poco. Poco aceptado por no echarle los perros a cuanta fémina se me acerca cual galán de pueblo. Poco aceptado porque a pesar de tener 26 años aún sigo  viendo caricaturas y anime. Poco aceptado por que como a muchos, me gusta ir a ver futbol  tranquilamente sin ser un barrabrava sin sentido. Poco aceptado por no querer atarme a creencias religiosas. Poco aceptado por querer aprender cosas nuevas y darle rienda suelta a la imaginación con la cual la vida nos dotó a todos los seres humanos.

Ya viendo las razones y los resultados, pensé: Y cómo soluciono esto? , la respuesta es muy fácil. No debo solucionar lo in-solucionable. In-solucionable debido a que como ya lo exprese pertenezco a esa inmensa minoría de desadaptados de la sociedad común, no hay nada que solucionar. Aunque bueno si, de pronto haya una solución aunque es la más complicada y es tratar de cambiar la forma de pensar de muchos de este tipo de personas que viven atados a líneas especificas y códigos supuestamente universales de ver y llevar una vida. La solución está en concientizar más a aquellos intolerantes para que aprendan a sacar lo bueno de aquellos que no vemos las cosas igual a ellos, enseñarles a que son esas diferencias las que nos unen y que son las similitudes las que nos alejarán del verdadero conocimiento del ser humano y por ende de la mejora en la calidad del ser humano de la cual tenemos un déficit grande en este mundo.

Por el momento, me quedaré observando los días grises que me ayudan a pensar y a reflexionar, me quedaré esperando a ver ese día en el cual todos nos entendamos, respetemos los puntos de vista y la forma de ser de los demás. Eso sí, me quedaré esperando siendo como soy, un desadaptado para esta sociedad mundana y dispuesto a recibir y afrontar muchas de las consecuencias que esto traiga. Siempre habrá un lugar en este mundo y en el universo en general para la inmensa mayoría de extraños que somos. Siempre estaremos aquí para darle el equilibrio que el mundo necesita, para vivir felices en los momentos y situaciones que aburrirían a muchos, para sacar provecho de las oportunidades que otros desprecian, para seguir viendo anime y fútbol mientras otros nutren su inteligencia viendo novelas en Rcn y Caracol, para seguir escuchando Rock mientras otros se vuelven poetas a punta de letras filosóficas de canciones de reggaetón, de música popular o de canciones como esta.

Por el momento seguiremos dándole equilibrio a este mundo pero ante todo seguiremos siendo reyes, amos y señores de nuestro propio universo llamado vida.

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