El frío del amanecer que se penetraba por la ventana mal cerrada le hizo despertar. Abrió sus ojos y vio unas curvas bastante familiares. Inmediatamente pensó: “Después de esta curva se viene el túnel, después subimos, tomamos las rectas y llegamos al sector de Chinauta”. Y si, como si fuese un verdadero experto, estaba muy en lo cierto, y así sucedió. Todo esto solo con abrir un ojo, y ver una curva a través de la ventana.
Cómo por no perder la
costumbre. Viajaba sólo. A parte de que no iba acompañado de algún familiar o
amig@, el puesto de al lado estaba vacío. Que cosa tan curiosa, se preguntaba: A)
“Será que los de Expreso Bolivariano me dan trato preferencial y
particularmente me toca disfrutar de 2 comodas (?) sillas por el precio de 1, o
B) Esta es sólo una muestra más de que soy un tremendo #ForeverAlone?” … Ante
la pregunta de nuestro personaje desconocido (?) Voto la Opción A [Risas
Grabadas].
Llegó por fin el bus a la
A-Tenaz Suramericana. El Sol le daba la Bienvenida. Él sentía como si el Astro Rey
le agradeciera por visitar al Monstruo de Cemento Colombiano, mientras
observaba cuidadosamente el ir y venir de las personas en la terminal. Al
parecer, sólo El Sol sabía que él se encontraba allí y de una forma bastante
cordial resplandecía para darle la Bienvenida.
Se instaló en un Céntrico
Hotel de la Ciudad, que le permitía a través de sus ventanas, ver el paso de
uno de los orgullos de la ciudad, el placentero y tranquilo (?) transmilenio.
El rápido paso de este Titán, era el fiel reflejo para él, de la acelerada vida
que llevan los habitantes de esa monumental e indescifrable Selva de Cemento,
en la cual al igual que en la Selva trópical – la cual también conocía – sino se
pensaba con cautela cada movimiento, se
corría el riesgo de ser tragado vivo por el ambiente.
Con mucha cautela pero sin
temor, se dirigió a las calles de la ciudad. En su mente se creó una ruta sobre
la cual habría de abrirse camino, y al ritmo de música de Pearl Jam se alejó
caminando.
Rápidamente se mezcló entre
la gente y el bullicio de la gran ciudad, se volvió por unas tantas horas un
habitante más, uno más de esos que poco y nada importan, uno más mezclado entre
multitudes; Multitudes para las cuales este pequeño y delgado personaje, tenía
el mismo valor y sentido que un papel en el suelo, ya que todos le veían, pero
al igual que al papel en el suelo, todos le eran indiferentes. Paradójicamente,
en medio de aquel multitudinario y ensordecedor bullicio, era que lograba
tranquilidad. Extrañamente, hizo un viaje del Cielo al Infierno para poder
tener un espacio de calma y tranquilidad que bien que si le hacía falta.
Se detuvo en el primer sitio
en el cual había logrado (con dificultad) ver una máquina de Esspresos. 3
Capuccinos con Baileys fueron su compañía en una tarde armonizada por el Astro
Sol y complementada - para curiosidad de quienes no conocen - por el frío clima
de la ciudad. El Sector centro en el cual se hallaba disfrutando de sus Capuccinos, sino era el
más ruidoso, congestionado y estresante de la ciudad, pegaba en el palo. Pero,
ahí teníamos a nuestro personaje tranquilo, disfrutando del placer obtenido por
la extraña calma que obtenía al encontrarse contemplando la vista en el corazón
de esa Selva de Cemento.
A cada sorbo a su bebida, le
sumaba algo de reflexión. Pensaba respecto a cuán privilegiado era al poder
estar ahí, en medio de un monumental
bullicio, tranquilo y sin preocupaciones. Viendo el caminar acelerado y agitado
del resto de la gente. Realmente un privilegio, un pequeño detalle a la luz del
resto de la gente, pero que analizado minuciosamente lo convertía en una
persona especial, en alguien tocado por la barita mágica de la fortuna, alguien
que se daba el lujo de salir del cielo a tomar un pequeño descanso en el
infierno, sin darle mucha importancia al ambiente que allí lo rodeaba, pero,
que a su vez le permitían encontrar calma y la tranquilidad, rompiendo con ello
todos los esquemas del buen vivir y la paz espiritual inventados por el hombre.
Una vez acabó su bebida,
emprendió su camino de regreso a pie. Camino ambientado por más bullicio y
descontrol y como frutilla del postre, la destrucción de las calles por las
cuales hizo gran parte de su recorrido. A pesar de eso seguía guardando la
calma y a través del recorrido terminó pensando los siguiente: “Espacios como estos son necesarios, se
vuelven a ver conocidos y personas especiales, pero ante todo, se le hace el
quite a la rutina, escondiéndose en una indescifrable selva de cemento en medio
de multitudes a las cuales nada le importaba y por ende, permitía esto darse un
espacio de solemne tranquilidad que da pie para hacer nuevos ajustes a su vida,
buscando con estas mejoras hacerla más llevadera, basado en encontrar y
fortalecer el ENFOQUE necesario para mantener el motor de la vida funcionando”.
Canción Recomendada : The Fixer - Pearl Jam
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2 comentarios:
Es como tener una mascara,un antifaz... Nadie te saluda ni te reconoce y he allí donde se siente la libertad de ser y estar!!! (DV)
Donde nadie te conoce puedes ser la persona que se te de la gana
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