Hace casi un año que no escribía en este cuchitril. La verdad, quise tomarme un año Sabático y bueh, en algo sirvió. Aunque en el transcurso del 2013 me vi tentado a escribir la primer barrabasada que se me pasara por la cabeza, pero justo me ponía en esas y se me acababa la tinta del lapicero (?).
El caso es que volví por estos desolados lares, los cuales son cada vez más tristes, debido a que ya es más frecuente la gente a la que le da paja leer más de 140 caracteres; y pues, a pesar de que uno escribe más por el entusiasmo que le da hacerlo, también aporta algo a dicho entusiasmo el saber que cualquier gato loco va a leer las pendejadas que a uno se le ocurren. En fin. Empecemos mejor.
Hace unos cuántos días tuvimos de nuevo la visita de nuestros amigos los temblores o sismos, como les quiera llamar. ¿Y qué de nuevo tiene eso? Realmente nada, solo que, (hablo por mí) es curioso como el Colombiano promedio siga dando muestras de alteración desbordada frente a tal fenomeno, que, más que sorprendernos, debería ser tomado como algo normal. Según este corto artículo del Espectador : "Colombia presenta en sí una vulnerabilidad mayor que sus vecinos. La
razón: es el único país del continente ubicado sobre cuatro placas
tectónicas: la de Nazca, la de Cocos, la del Caribe y la continental.
Además, alberga una de las tres zonas de mayor sismicidad en el mundo:
la Mesa de los Santos, en Santander. Las otros dos están en Afganistán y
Siberia". Bueh, no solo en Coca, Guerrilla y Violencia somos líderes en América. Chupenla resto de Países de mi*rda (?)
Quizá exagero un toque o quizá no, pero, da (al menos a mí) bastante risa el post sismo, las impresiones de las personas, sea porque lo llaman a uno a despertarlo: "Huevon!!! sintió el temblor?" o escriben N-cantidad de mensajes en la Red del Pajarito Azul dónde nos informan acerca de tal evento. Entiendo que hay personas que, tienen cierto miedo ante estos acontecimientos, como los hay quienes le temen a las tormentas electricas y demás fobias, yo por ejemplo le temo a que me condenen a ser amarrado en una cama, en peloto y me pongan en random música de R*cardo Arj*na a todo volumen. Todos tenemos ciertas fobias, pero, en estos casos, antes de salir despavoridos a comentar esto en todas las redes sociales y a llamar a la familia, amigos y demás a preguntarles que cuántos platos se le quebraron después del fuerte sismo de 2.5 en escala de Richter, lo mejor (creo yo) es tomárnosla con algo de calma. Como lo que es, un evento NORMAL.
Ya se que pensarán algunos: "¡¡Ez Mi fAz3B00k y iO KoMeNtO Lo kE Ki3r0!!" Ok si, en esa tienen razón, solo que, ante los pequeños y casi minúsculos sismos que hemos tenido últimamente, la gente que uno sigue y que tiene en varias redes sociales, se alarma y/o escandaliza como como si en vez de sismo hubiesen escuchado a una pastora cristiana ninguneando a alguien con discapaci...MOMENTO!!!, en fin, ante pequeños movimientos se alarman mucho, no me imagino como va a ser el día que la tierra se empute y se mueva una o varias placas tectónicas en una escala superior a 7 ó 8; ese día habrá más escases de papel higiénico que la de Venezuela. Es respetable la reacción de la gente, pero, ese mismo alarmismo es el que ante una tragedia, cobra un número significativo de vidas. Lo anterior y dado que se acerca una fecha inolvidable para mía (25 de Enero) da para que aproveche y relate una muy breve historia al respecto:
Imagen post terremoto Armenia - Quindío |
Enero 25 de 1999, 1:19 pm. Recuerdo que estaba viendo un capítulo de los Simpson. Curiosamente en ese capítulo los Simpson caen en una especie de tragedia. Como todos los Temblores, llegó sin esperar. Fue tan fuerte el sacudón que el Tv que teníamos en la casa que era siempre pesado, le cayó casí en el pie a mi Mamá. Ella corrió hacia la puerta. No se de dónde saqué el instinto que me hizo llegar a la puerta, no dejarla salir, sino simplemente abrazarla con una mano y con la otra sostenerme del cielo razo para mantener el equilibrio, pues la tierra se movía más que Esperanza Gómez en una de sus afamadas películas. El haber puesto mi brazo ahí, hizo que recibiera una de las teleras que sostenía el techo de eternit de mi casa. Me dolió el hombro como 3 días. Escuchaba al tiempo que abrazaba a mi Mamá, golpes en la puerta de mi casa. Estos eran provocados por los ladrillos de las paredes de la casa del vecino de en frente que se había venido abajo, y de moño, los gritos de desesperación de la vecina de enseguida. Nunca creí que en menos de medio minuto, la vida diera tantos giros. Salí una vez pasó el temblor, polvo, paredes en el suelo, gente sangrando, otros llenos de polvo que habían estado medio atrapados por pequeños momentos. Mi Barrio envuelto en pánico. Solo me importaba encontrar a mis Hermanos y sobrinos y cada que veía uno, me llenaba de más tranquilidad. La desesperación volvió cuándo fuí con mi mejor amigo a buscar a su padre en la galería del pueblo. Es pensionado y ese día a esa hora frecuentaba una conocida fonda allí. La Galería, tenía en su lado occidental y noroccidental unas escaleras, y en la parte occidental, una vez terminadas estas, sigue la calle, que en ese entonces tenía unos separadores de concreto y algo más de un metro de altura que dividían la calle. Fue muy hijodeputa el ver como en ese momento, de los escombros solo salían cuerpos sin vida, y aún peor, como quienes los tenían que subir a los carros de la morgue, los sacaban por pedazos y en medio de la tragedia, buscaban armarlos cual rompecabezas. Una mano, una pierna, etc. Todo eso salía por partes, debido a que la gente salió a correr y mientras bajaban las escaleras y otros mientras intentaban saltar el separador, quedaron debajo de las paredes de la Galería que les cayeron encima. Siendo poeticos, fueron Arropados por la Muerte. En el momento, fue jodido, doloroso, triste, póngale el adjetivo negativo que quiera. Ya hoy con la cabeza un poco más tranquila, se da uno cuenta que muchos que como esos cuerpos desmembrados, perecieron ese día, lo hicieron por no guardar la calma. Si yo hubiese salido corriendo de mi casa, quizá hubiese quedado debajo de la pared del vecino. Vaya días jodidos fueron esos.
En fin, vuelvo al tema y me atrevo a dejar como conclusión que, ante lo que uno lee después de que hay algún sismo, da para imaginar que somos un pueblo muy acelerado, que pierde muy fácil la calma a pesar de que nacimos y vivimos en medio de tragedias. Se que no todos reaccionamos igual, pero, ante tanta cosa que uno ve, lee y se da cuenta a través de los medios o por vivencias propias, ya esa excusa debería existir menos. Solo espero que: 1- Ojalá nunca vuelva a suceder otra tragedia como la de Armenia, Armero y demás, pero... ya sabemos pues que este País, así como es Hermoso, también tiene unas condiciones propias para el caos y, es algo con lo que debemos vivir. 2- Que ante el próximo sismo, antes de intentar correr, gritar, abrir facebook o Twitter y comentarlo (!?) y ponernos nerviosos, optemos por la calma. De que sirve correr si afuera también tiembla?
Canción Recomendada: Send the Pain Below - Chevelle